
El mar está en calma. Y aquí, en la orilla recostada de mis días, los amaneceres, como violines traviesos, me regalan sus tonos y acordes mayores, envueltos en un murmullo plácido de sueños.
Abrí los ojos tarde y al fijar la mirada, más allá del insinuante perfil de las palmeras, descubrí que la vida es un sueño y que, para soñar bonito, hay que despertar sin miedo.
Abrí los ojos tarde y al fijar la mirada, más allá del insinuante perfil de las palmeras, descubrí que la vida es un sueño y que, para soñar bonito, hay que despertar sin miedo.
3 comentarios:
Despertar sin miedo...soñar sin miedo y vivir con osadía.
besos
El miedo es cobarde, cuando lo enfrentas se achica como una pasa de uva,..claro mejor no tenerlo...es un desafío diario
besos((:))
Que grandísima reflexión...que difícil ponerla en práctica en este mundo de espejismos... y sin embargo... que necesario!.
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